¿Qué será lo que intentamos al despertar cuando ni siquiera queremos dormir? Miramos las sábanas; patológica disposición de mosquitos y de almohadas esperando protección para no seguir cayendo (caer se vuelve complicado si el cuerpo duele o no responde).
¿Pretenderemos apuntalarnos el alma?
Descangayados... más que a tiro de Dios.
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