CANCIÓN DE AUTOAYUDA

Marchar detrás de penas sin confortar

no es un buen estado

templar el pensamiento, dictamen elemental,

arranque acertado

“adiós”, “jamás”  tendrás que manifestar

audaz o asustado

animar al movimiento como agua de manantial

suceso anhelado

todo sanará de a poco

huellas por trazar

austeridad real

extirpar lo letal

y tallar una rayuela en tu tela

vuela mi esquela, asuela

cuela, interpela,  nivela en paz

la tarde que baja lenta
y la ventana no enciende
y tu cigarro no abre
y este silencio te aturde

Puede que  no sea 
el Hijo de Dios
y es muy creíble 
que Dios ni exista
pero ese hombre agoniza / está sediento /
por eso le dan 
vinagre para beber 

Muchas veces es placentero sentirse divorciado de la sociedad.

Crearse un Mundo.

Habitarlo como una isla.

No esperar la aparición de barco alguno.

Y si llegase  otro náufrago buscando asilo: cuidarle, sanarle, vigorizarle hasta que sea fuerte como uno mismo.

Luego verle ir otra vez, sin pena.

Desde que amaneció 
ensayo no extrañarte tanto
por eso restriego mis dientes con tu cepillo

Embelesado con el abrazo de tu vulva 
yo bailoteo feliz por el mundo /
estoy acostumbrado a mis dolores 
ahora me niego a marchar contrariado 

¿Y para qué saltan si no son langosta?
¡cuánto fracasado añora lo que no conoce!

INMOLADO  EN MALVINAS
Un pálido disparo
navega absurdamente
dentro de tu ropa

ya fuera de ese atuendo
rememorás anhelos
y bicicletas negras 

deformes rayos encolerizados 
bailotean vergonzosas mentiras /
envilecido delirio de botellas

Dormito 
río y declamo / 
encuentro en tus relieves
compresas que alivian 
carestía
inquietud
mis manías

Respiro fascinado
la autenticidad de habitarte

lamparita guarnecida 
apocado azul violáceo 
ley de ingenuas contingencias 
que alborea en serenata
recompensa irremediable
regocijo y combustión

PERFUME

Tenías razón cuando expresabas

que las flores que ofrendaba

gozaban de una forma extraña.

Ahora mismo presto atención

a esta rosa abandonada

admitiendo su final.

La ciudad arderá sin sentir
y nuestra canción rebota contra el asfalto.

¿Dónde van? 

¿Dónde van los humanos?

amo cada porción de tu espacio

tenaz como mis caricias

besaré 
tu presencia
coquetearé 
las arrugas de tu rostro 
cohabitaré tu deseo
arrullaré 
las cicatrices de tu cuerpo 
y tu  luz
inquebrantable 
será

HOY NO LLOVIÓ (Jorge Larguía)

abrasarte en nuestro abrazo re descubrirte en la mirada de la lluvia palparte de armas la cintura transmutar por siempre la confianza y tu vientre temblar / entonces sucumbir en la voracidad de tu boca

No transijo con cierta inclinación hacia la queja, 
tampoco con la cuestionable devoción a concebir displacer. 
Sufro ante la liviandad de la frivolidad, es así.

Me enferma la nada de una muñeca de porcelana.
No respeto arrebatadas decisiones, menos aún, 
la obsecuencia de los traidores.

Mareo y existencia 

sobrepuestos
proporción de dolor / ternura 

incrustados

subsano responsabilidades
señalo un relámpago

en la oscuridad.