domingo, 20 de septiembre de 2015



Muy enojada
la señorita grita
al señor.
Éste balbucea
estar
molesto.
La señorita
maldice,
empuja,
lo escupe.

Ella
¿recordará 
momentos lindos
y por eso
no consigue
manejar
tanto rencor?

Recostado
cerca,
en un banco
de plaza,
decido incorporarme
para ir
donde el viento
ofrezca
otro paisaje.

Parecen hormigas
los automóviles





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