lunes, 1 de septiembre de 2014



¡Contempla el vuelo de un águila mora!

Entre los árboles veo un niño delgado
-alpargatas bigotudas, anteojos y visera-
corriendo loros, buscando una vertiente
machete en mano por si las cascabeles…
El sol reverberando mica iridiscente
entusiasma la crecida del Anizacate
ya tan encajonadamente incontenible.

La noche apura, llegarán los tucu tucus,
y el  delgado niño saludará a las estrellas.



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